jueves, 10 de abril de 2014

Vetusta Morla y su nuevo disco "La deriva".

El martes 8 de abril, el grupo musical Vetusta Morla lanzo su ultimo disco llamado 'La Deriva', con 12 canciones, realmente espectaculares.
En este disco me ha sorprendido el hecho de que no ha ido ligado al amor, si no que reivindican la forma de unas referencias más directas y explícitas a la crisis, aunque la fórmula de Vetusta siga siendo la misma que les ha hecho auparse a la élite de los grupos españoles contemporéaneos con más tirón.
Hay un sonido más directo, menos atmosférico que en 'Un lugar en el mundo' y que 'Mapas', pero las inflexiones de voz de Pucho y su diálogo con las guitarras de Guille y Juanma mantienen las canciones de 'La deriva' en el mismo lugar que sus predecesoras.

Ahora bien, esto no quiere decir que los nuevos Vetusta Morla sean inmovilistas: ahí está 'La Deriva', la canción, que enriquece con teclados como de Mercromina una de sus canciones-río. O 'Fuego', con su rítmica pegajosa. O 'Tour de Francia', que sin salirse demasiado de su tradicional pop épico, rebaja la grandilocuencia con un sano costumbrismo de 'tourmalets', antihéroes hundidos en la general y tardes de verano viendo el ciclismo.



Y luego está 'Golpe maestro', la canción que parece tirar de todo el disco. Aunque la preocupación de Vetusta Morla por lo que pasa es una constante en sus letras desde aquel 'single', 'Sálvese quien pueda', las metáforas e imágenes poéticas ocultaban entre las ramas de las múltiples interpretaciones los lemas contundentes. En 'Golpe maestro' todo queda mucho más claro: "Robaron las antenas, / la miel de las colmenas, / no nos dejaron ni banderas que agitar. /Cambiaron paz por deudas, / ataron nudos, cuerdas / y la patrulla nos detuvo por mirar. / Llevaron los finales / a tierra de neutrales, / no nos dejaron líneas ni para empezar. / Fue un atraco perfecto, / fue un golpe maestro / dejarnos sin ganas de vencer".




Pero, fieles a su enfoque optimista, Vetusta Morla no caen definitivamente en el mensaje de apocalipsis y colisión social de otros 'indignados', ni tampoco en la reprimenda al oyente. En el tema que da título al disco, Pucho canta a un cambio que, según el grupo, ya está aquí y será para mejor: "Habrá que inventarse una guarida. / No quiero timón en la deriva. / Cada cual que tome sus medidas. / Hay esperanza en la deriva". Un tono reivindicativo que les sitúa en la misma órbita que dos propuestas musicales tan diferentes como las de Nacho Vegas y Amaral, coincidentes en el tiempo y también en el compromiso musical después de varios discos más orientados hacia lo amoroso que hacia lo social.

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